jueves, 20 de septiembre de 2012

LA ARQUITECTURA ROMÁNICA
CARACTERÍSTICAS GENERALES

Hay que destacar que la arquitectura es en el Románico lo más importante. La escultura y la 
pintura no existen al margen de la religión y su lugar de destino es siempre el templo, la iglesia o el 
monasterio. La escultura y la pintura se supeditan a ornamentar el edificio románico. 
 El arte románico en general es muy geométrico, emplea formas simples, rotundas, que indican 
una vuelta a la sensibilidad primitiva y rural. Esa ruralización de formas que vimos al final del Imperio 
Romano la retomamos ahora. El Románico es un arte rural, de campo, lejos de los refinamientos 
cortesanos y de la sensibilidad urbana. Se busca la pureza de formas, líneas verticales y horizontales, 
arco sencillo, decoración tosca y  sencilla, composición simple de volúmenes. En arquitectura la 
distribución de volúmenes y espacios es sencilla y simbólica. 
 Nunca se realiza una iglesia románica por el simple placer estético. Lo que prima es la 
exaltación religiosa. Una iglesia no es tampoco una bella composición espacial sino una ofrenda a 
Dios. La iglesia debe ser la plasmación del alma humana: la fachada es lo que primero se ve, es el 
rostro del edificio y por eso debe ser atractiva, pero el interior debe ser sencillo, fuerte, oscuro y 
recogido como el alma cristiana. Se olvida el concepto del arte autónomo y se convierte en un medio 
de alabanza a Dios. 



El estilo románico comulga perfectamente con la naturaleza. Es un estilo de campo y las 
pequeñas ermitas, las pequeñas iglesias o los monasterios se localizan en lugares elegidos por su fácil 
defensa (concepto de iglesia -  fortaleza) pero también por su especial belleza. 
 Por último, la iconografía románica profunda no era comprendida por la gran masa de fieles. 
No es un arte controlado por siervos o villanos. Los sistemas arquitectónicos están en manos de los 
monjes al igual que toda la  precaria ciencia medieval. Sólo  ellos comprenden los complicados 
tratamientos simbólicos de fachadas y capiteles. Al fiel sólo le llega el resultado iconográfico final de 
la obra: el miedo, el castigo, la protección de la Iglesia pero no comprende la narración de la historia. 
No obstante, el románico es un arte pedagógico y mediante la escultura y la pintura se pretende educar 
al pueblo y someterlo, más por el temor a Dios que por la comprensión de su mensaje. Por eso las 
fachadas románicas poseen a menudo monstruos y animales mitológicos para asustar a las gentes, 
además de pasajes bíblicos sencillos para educar a un pueblo analfabeto.  

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